Un Trabajador Seguro, es un Trabajador de Mejor Productividad

Esta expresión, comentada en innumerables instancias tales como Congresos, Seminarios, Capacitaciones o en clases, encierra una tremenda verdad: las empresas que privilegian la prevención de riesgos en los frentes de trabajo, registran mejores índices de eficiencia y un mejor desempeño laboral, incrementando su productividad significativamente.

Y no es una frase de marketing creada por alguna mutualidad. Es una verdad respaldada con estudios y estadísticas resultantes del seguimiento realizado por muchos años y en diversos frentes productivos, en los cuales se puso énfasis en el adiestramiento del personal, no tan solo para el buen cometido de sus tareas especificas, sino que también en capacitarle para trabajar seguro, con equipos o herramientas bien mantenidos, en ambientes ventilados, iluminados adecuadamente y con cabal conocimiento de los riesgos asociados al trabajo que ejecutan.

Las frías cifras revelan cada año, que el sector de la construcción es uno de los de peor evaluados, con altas tasas de accidentabilidad, horas pérdidas, daños personales y económicos. ¿Por qué? Hay bastante camino por recorrer en materia de “enseñar” prevención, aunque dicho avance no ha sido compatible con el “practicarla”. Factores, razones o explicaciones sobran después de un accidente laboral, lo que no sirve de paliativo frente a los daños físicos y morales que éstos causan.

Como en muchas otras actividades del quehacer nacional, la escasa (mejor digamos derechamente nula) fiscalización, contribuye inconscientemente a la ocurrencia de los accidentes. El compromiso con la prevención debe manifestarse desde los mandos ejecutivos hasta las cuadrillas en terreno por cuanto la seguridad es responsabilidad de todos.

Las mismas estadísticas indican que las empresas “grandes”, muestran indicadores muy diferentes (mejores) a los que enseñan las medianas y pequeñas organizaciones (contratistas y subcontratistas), por lo que es en este sector donde hay que poner el énfasis en la enseñanza de la prevención y en la capacitación de todos quienes participan en ellas. En nuestra opinión, no se trata de promulgar nuevas leyes sino que en esmerarse por conseguir que se cumplan las existentes en esta materia.

Estimularía sobremanera un cambio de actitud hacia el trabajo seguro, si los mandantes (clientes) incorporaran, entre las bases de las licitaciones, exigencias en esta sentido, incentivando con un mejor puntaje aquellas que muestren menores tasas de accidentabilidad. Quizás no sea parte de la solución, pero sin duda ayudará a disminuir los lamentables estándares actuales. MC

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