Un Trabajador Seguro, es un Trabajador de Mejor Productividad
Esta expresión, comentada en innumerables instancias tales como Congresos, Seminarios, Capacitaciones o en clases, encierra una tremenda verdad: las empresas que privilegian la prevención de riesgos en los frentes de trabajo, registran mejores índices de eficiencia y un mejor desempeño laboral, incrementando su productividad significativamente.
Y no se trata de una frase de marketing. Es una expresión respaldada por estudios y estadísticas resultantes del seguimiento realizado durante muchos años y en diversos frentes productivos, en los cuales se puso énfasis en el adiestramiento del personal tanto para el mejor cometido en sus actividades diarias, sino que también en capacitarle para trabajar seguro, en ambientes ventilados, iluminados adecuadamente, utilizando equipos o herramientas bien mantenidos y con cabal conocimiento de todos los riesgos asociados al trabajo que ejecutan cotidianamente. Las frías cifras revelan cada año que el sector de la construcción es uno de los de peor evaluados, con altas tasas de accidentabilidad y siniestralidad, además de un importante número de horas pérdidas, en daños personales y económicos.
¿Por qué? Hay bastante camino por recorrer en materia de “enseñar” prevención, aunque dicho avance no ha sido compatible con el “practicar”. Imágenes, razones o explicaciones sobran después de un accidente laboral, lo que no sirve de paliativo frente a los daños físicos y morales que éstos causan. Protocolos, procedimientos y buenas prácticas abundan tanto en la legislación –sugerimos revisar frecuentemente la ley 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales–, como en los programas de apoyo de las entidades que administran el seguro obligatorio. Este compromiso incluye a toda la organización, ejecutivos, administrativos, técnicos y trabajadores, quienes deben realizar acciones conjuntas con el objetivo de prevenir los accidentes laborales.
Tal como en muchas otras actividades del quehacer nacional, la escasa (digamos derechamente nula) fiscalización, contribuye inconscientemente a la ocurrencia de los accidentes. El compromiso con la prevención debe manifestarse desde los mandos ejecutivos hasta las cuadrillas en terreno por cuanto la seguridad es responsabilidad de todos. Al parecer, tampoco ha sido muy eficiente el trabajo de las mutualidades, caso contrario no continuaríamos lamentando los frecuentes y terribles sucesos que se repiten en la industria.
Las estadísticas indican que las empresas grandes, muestran mejores indicadores a los que exhiben las de tamaño mediano y pequeño (contratistas y subcontratistas), por lo que es en este sector donde hay que poner el énfasis en la enseñanza de la prevención y en la capacitación de todos quienes participan en ellas. En nuestra opinión, no se trata de promulgar nuevas leyes sino que en esmerarse por conseguir que se cumplan las existentes en esta materia.
Es imprescindible un cambio de actitud hacia el trabajo seguro, si los mandantes incorporasen entre las bases de las licitaciones, exigencias en este sentido, incentivando con un mejor puntaje aquellas que muestren menores tasas de accidentabilidad. Quizás no sea la solución, pero sin duda ayudará a disminuir los lamentables estándares actuales. MC
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