Profesionales: ¡A Terreno!

El incremento en la actividad de la construcción nacional, ha dado origen a otros aumentos importantes, con las ventajas y desventajas que eso conlleva: mayor demanda profesional, escases de mano de obra con/sin especialización, continuidad operacional y resultados con cifras azules, entre las primeras. Como contraparte, por la misma razón, se han producido aumentos en plazos y costos, menor calidad en el producto final, atrasos, multas y, lo peor, aumento en la accidentabilidad. Como conclusión preliminar, aparece necesario exigir a los profesionales encargados de los proyectos, a permanecer más tiempo en terreno.

En nuestro diario recorrido por diversas obras, nos llama la atención la cada vez mas notoria ausencia de los profesionales administradores, encargados de calidad y prevencionistas en los frentes trabajo. Tareas administrativas y el tiempo que demanda atender la correspondencia electrónica, alejan a las jefaturas de los frentes de trabajo lo que explica, en parte, deficiencias en la calidad, en el cumplimiento de los plazos, los aumento de costos y accidentes.

Los medios de comunicación muestran a diario, incidentes con consecuencias graves que se registran en la construcción de caminos, viviendas, edificios… el último de los cuales, al cierre de esta crónica, sucedido en Talcahuano, durante la reconstrucción de un supermercado, destruido por el terremoto y tsunami del 27/02/2010. Una grúa pluma que se utilizaba para el traslado vertical de materiales, producto de una mala maniobra, se cae provocando daños de consideración en la obra y lesionando de gravedad a cuatro trabajadores. Hasta hace algunos años, el número de este tipo de máquinas, era bajo, comparado con la actuales cifras, las que señalan un número superior a las mil unidades operando en el país.

¿Cómo explicar lo sucedido? La investigación que harán las autoridades, la respectiva mutualidad, el propio Comité Paritario y el departamento de prevención de riesgos de SERINCO, la constructora involucrada, determinarán si fue la mala calidad del terreno de fundación (todos sabemos que en el centro de Talcahuano, el terreno es de escasa capacidad de soporte, clasificado como tipo 3 o 4); si hubo falla humana; si no se respetaron los protocolos de mantenimiento o si, presionados por los plazos, los encargados de obra, para apurar las faenas, intervinieron los sistemas de seguridad del equipo siniestrado. ¡Sí! Esa también pudo ser la causa: desactivar los “switchs” de seguridad, que detienen las maniobras de las grúas si se superan los límites de peso o de velocidad. Al menos, es lo que ha explicado incidentes similares registrados anteriormente. Ojala logremos conocer los resultados de las investigaciones para aclarar las razones de lo sucedido y, por sobre todo, evitar su repetición.

Pero, en nuestra opinión, la medida que urge adoptar a la mayor brevedad es la de eximir de recarga administrativa a los profesionales de obra y, en su defecto, exigirles mayor presencia en los frentes de trabajo, con lo cual se mejorará la calidad y productividad de las obras, se controlarán los atrasos, se disminuirán costos y se evitarán accidentes. MC

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